CRÓNICA DE CHAN CHAN
“UN VIAJE AL PASADO, SIN RETROCEDER EL TIEMPO”
Nunca
olvidaré la primera vez que pude contemplar las impresionantes ruinas de Chan
Chan, un tesoro arqueológico de la ciudad de Trujillo.
Todo
comenzó el 3 de Noviembre del presente año, cuando un grupo de amigos y yo nos
encaminamos hacia esta hermosa ciudadela de barro, la más grande de América, la
cual perteneció a la cultura Chimú y dominó gran parte de la costa norte
peruana.
Partimos
a las 9:30 de la mañana, el punto de encuentro fue nuestra I.E. San Martín de
Porres, localizada en el distrito El Porvenir. El viaje fue corto, debido a que
tomamos la Panamericana Norte que es un atajo directo para llegar a ella; una
vía que presenta como oferta paisajista las arenas de la costa como una
extensión natural. Luego de pasar por aquel arenal, llegamos, aproximadamente
30 minutos después de haber salido.
Por fin, estamos al frente de la ciudad del
“Sol Resplandeciente”, Chan Chan.
El plan
era encontrar a un grupo de personas, donde nosotros pudiéramos incluirnos
junto a ellas. Sin embargo, teníamos que esperar entre 10 y 15 minutos, ya que
habíamos llegado temprano y la gente aún estaba arribando. Poco a poco diferentes
individuos llegaban hasta este lugar y tuvimos la suerte de que un grupo de turistas
y dos familias nos acompañaran para poder adquirir un guía, que por sus
servicios de turismo nos cobraba S/. 50.
Nosotros
aceptamos y vaya que fue la mejor decisión, pues gracias a él pudimos conocer
más acerca de nuestro pasado histórico y cultural, que algunas veces se queda
en el olvido. Y llegó el momento de conocer la ciudadela. Ingresamos por un corredor
que nos llevó hacia un patio ceremonial completamente decorado con relieves en
barro.
El área decorada tiene 33.13 metros. La zona
central de Chan Chan se compone de diez extravagantes ciudadelas amuralladas.
Resaltan sus paredes decoradas en alto relieve con motivos geométricos y
zoomorfos entre ellos formas de peces y aves. Por otro lado, también se pueden
apreciar espectaculares muestras arquitectónicas como barrios populares,
murallas, veredas, canales y cementerios. La ciudad fue el núcleo urbano de un
gran estado regional, desde Tumbes en el norte hasta Lima.
Según
los diversos estudios hechos por el Ministerio de Cultura, 20 y 30 mil
habitantes residieron en Chan Chan. Fue
impresionante saber que a pesar de estar ubicado en uno de los climas más secos
del Perú, ellos pudieron fertilizar sus cultivos y jardines utilizando un
avanzado sistema de irrigación. Ya que, ellos se basaban en extraer el agua
subterránea, pero aquello era un privilegio que solo el Rey Chimú podía tener y
la nobleza.
Posteriormente seguimos al guía y entramos a un
pabellón, donde se realizaban los sacrificios humanos, esto se daba cuando el
rey moría o querían ofrecer algún culto a sus dioses. Pero no todo era color de
rosa, debido a que doce adolescentes o jóvenes eran seleccionados para
acompañar al cadáver, a los cuales les llamaban “Los elegidos”, pues en aquel
tiempo era un honor morir junto a alguien importante y más si se trataba del
rey, pensando que
después
de la muerte tendrían otra vida llena de riquezas y oportunidades.
Mantenían
un pensamiento distinto al de otras culturas, su tesoro más preciado, no era
oro ni plata que debían cuidar y proteger, sino los almacenamientos llenos de
provisiones. Un ejemplo claro, el pescado con sal, para evitar su descomposición
y entre muchas cosas más que resaltaban. Tenían hasta 400 centros administrativos alimentarios.
En
dicho periodo, la ciudadela de Chan Chan
logró alcanzar un alto desarrollo económico, social y urbanístico. Pero no tuvo
un buen final, fue conquistada por los Incas, y luego saqueada por los
españoles. Actualmente solo se ha logrado explorar el 2% de toda su
construcción.
Al salir nos dimos cuenta que en el parador
turístico, al ingreso del recinto arqueológico, había tiendas de souvenirs y
artesanos exhibiendo sus productos, lo cual aprovechamos para comprar collares
y pulseras.
Nuestro
segundo recorrido sería al Museo de Chan Chan, como estaba cerca de la
ciudadela, no tuvimos mejor idea que irnos caminando y cruzar los arenales, que
sin duda nos hicieron agotar nuestras energías, pero no eliminaron nuestras
ganas de alcanzar nuestro objetivo de llegar hacia allá. En el museo había una
cola llena de personas para ingresar por lo cual tuvimos que esperar nuestro
turno, hasta que llegó y la travesía empezó.
El
museo exhibe diversos objetos originales encontrados en Chan Chan, entre ellos
ídolos de madera, cerámica, textiles, trabajos en metal y materiales de
construcción.
ciudadelas y otros sectores de la ciudad.
·
Llevar una pequeña
cantidad de dinero.
·
Tener una botella de agua.
·
Usar ropa ligera
·
Colocarte protector solar
y lentes de sol.
Definitivamente
debes visitar Chan Chan, la cuidad precolombina de barro.
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